"Claves del Dossier Deportivo 2024: Retos, Innovaciones y el Futuro del Deporte"

La cafetería de siempre, con sus sillas de madera desgastada y su aroma a café recién molido, estaba tranquila a esa hora. Laura y Mario habían quedado allí, como siempre, para desconectar antes de volver al trabajo. Las vistas al puerto deportivo de A Coruña eran el fondo perfecto para sus conversaciones: el vaivén de los veleros y la luz del Atlántico les daban calma e inspiración.

Mario llegó con dos tazas de café, colocándolas sobre la mesa donde Laura hojeaba algo en su tablet.

—¿Qué lees tan concentrada? —preguntó mientras se dejaba caer en la silla.

Laura dejó la tablet sobre la mesa y tomó su taza.
—El dossier de este año sobre el sector deportivo. Es interesante, aunque algunas cosas te dejan pensando.

—A ver, sorpréndeme —dijo Mario, con una sonrisa, mientras le daba un sorbo a su café.

—Pues por ejemplo, dicen que el mayor problema ahora mismo es el desinterés de los jóvenes por el deporte. Más de la mitad de las entidades deportivas lo ven como su principal reto. Y luego están temas como el racismo, el machismo y la violencia.

Mario hizo una mueca.
—Es que conectar con las nuevas generaciones es complicado. Todo compite con el deporte: las redes sociales, los videojuegos, las plataformas de streaming... Es como si el deporte hubiera perdido su magia para ellos.

Laura asintió.
—Y eso se refleja en cómo consumen. Las organizaciones dicen que ha aumentado el consumo audiovisual, pero solo un 21% están usando estrategias digitales para atraer a nuevos usuarios. Es como si estuvieran reaccionando tarde.

Mario dejó su taza en la mesa y se cruzó de brazos, pensativo.
—Lo que necesitamos son proyectos que combinen lo mejor de lo digital con la experiencia en vivo. Algo que haga que los jóvenes no solo vean deporte, sino que quieran practicarlo.

Laura sonrió.
—Exactamente. Mira esto: Valencia va a invertir 140 millones para terminar el Nou Mestalla, y Gran Canaria gastará 101 millones para reformar su estadio de cara al Mundial. Por un lado, es emocionante. Pero por otro, ¿y si también invirtieran en experiencias deportivas que conectaran más con la gente joven?

Mario arqueó las cejas.
—Eso es lo que me preocupa. Porque luego ves casos como el Olympique de Lyon: un club gigante con una deuda de 500 millones, que acaba descendido a Segunda División. Hay demasiada dependencia de grandes inversiones y patrocinadores, y muy poca sostenibilidad real.

—Totalmente —respondió Laura—. Y no ayuda que los clubes de LaLiga hayan aumentado su deuda en un 31%. Estamos hablando de más de 5.700 millones de euros.

Mario suspiró, moviendo la cabeza.
—Es un modelo que no aguanta. Pero luego tienes cosas como lo que están haciendo en Cádiz con Sportech City. Quieren unir tecnología, deporte y economía local. Eso es lo que necesitamos: diversificación, impacto social y proyectos sostenibles.

Laura tomó otro sorbo de su café y lo miró con complicidad.
—Eso es lo que deberíamos proponer nosotros: proyectos que no solo solucionen problemas económicos, sino que devuelvan al deporte ese componente humano. Algo que inspire, que conecte con la gente, especialmente con los jóvenes.

Mario alzó su taza como si brindara.
—Por ideas que transformen, y por cafés que nos ayudan a tenerlas.

Laura chocó su taza con la de él, riendo.
—Y por recordar que, al final, todo esto es para que el deporte siga emocionando.

El murmullo de la cafetería y el reflejo del sol en el puerto los acompañaban mientras, entre sorbos de café, seguían soñando con formas de mejorar el deporte. Sabían que las grandes ideas, las que realmente cambian las cosas, siempre nacen en momentos como aquel.

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